Jesús Araujo
25-may-2025
Luka Modrić, gracias por tanto.
No importa si llevabas los colores del Barça, del Atleti o de cualquier otro escudo: hoy, todos los que amamos este deporte estamos un poco más tristes. Se va un grande. Se va un distinto. Se va Luka Modrić.
Y no, este no es un post para contar sus títulos, ni sus premios individuales, ni su Balón de Oro. Para eso está Wikipedia. Esto es un gracias. Un gracias con el alma. Porque Modrić no fue solo fútbol. Fue humanidad, fue clase, fue generosidad con la pelota y con sus compañeros.
“No llores porque se acabó, sonríe porque sucedió.”
Pocas veces vimos a alguien tratar el balón con tanto cariño. Luka no le pegaba: lo acariciaba. Le hablaba en su idioma. Y ese idioma, sin importar dónde estés, se entiende en todo el planeta fútbol. Porque cuando él tocaba, el partido se transformaba. Ese pase que nadie veía, él ya lo había lanzado. Ese espacio imposible, él lo convertía en autopista. Jugaba para hacer mejores a los demás. No buscaba el protagonismo, lo repartía.
En su último partido en el Bernabéu, ese templo que lo vio llegar en silencio y lo despidió de pie, dijo unas palabras que lo resumen todo: agradecer por lo vivido, sin tristeza, con gratitud. Y sí, Luka, intentamos hacerlo… pero cuesta.
Y claro que lloramos, Luka. Porque tu fútbol no solo nos dio alegrías, también nos educó. Nos enseñaste que se puede ganar con elegancia, que se puede competir sin ensuciar, que se puede liderar sin gritar. Nos enseñaste que el fútbol es arte, y que el artista no siempre necesita ser el protagonista del cuadro.
Hoy me permito decir algo en nombre de todos los que alguna vez sufrimos contigo del otro lado
Gracias, Luka. Gracias por todo. Gracias por el fútbol.
Gracias por esos partidos donde tu magia cambiaba el marcador. Por esas asistencias que eran poemas en movimiento. Por vestir de blanco, siempre jugar de gala. Por llevar esa cinta en la cabeza como si fuera el sombrero de un mago que siempre tenía un truco más. Por demostrar que no hay edad para seguir enamorado del juego.
Y sí, Leo, esto también es para ti. Para recordar aquellas veces en que veíamos a Luka y yo te decía: ‘con la pelota en sus pies, siempre hay una posibilidad’. Sabíamos que bastaba un toque suyo para que el partido cambiara en un segundo.
Hoy el fútbol pierde un intérprete. No uno más. Uno de esos que se extrañan de verdad.
Luka, gracias por el amor a la pelota. Gracias por el amor al juego. Gracias por darnos tanto, por dejarnos tanto. Y aunque duela, aunque cueste, aunque nos falte tu número 10 danzando en la media cancha… nos toca decir adiós.
Pero qué privilegio haber sido testigos de tu magia.
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Las palabras exactas para UN GRANDE que demostró magnificidad, elegancia y resultados!
GRANDE LUKAS! …GRACIAS!
Sin duda alguna, un grande entre grandes. Inmortal, histórico