Dionel Vecchini
Seattle Mariners regresó a casa con un semblante distinto. A pesar de los resultados adversos, incluyendo una barrida ante los Arizona Diamondbacks, el equipo se mostró sonriente y unido.
El mánager Dan Wilson afirmó que, durante las derrotas, el equipo intenta hacer cosas que pueden sacarlos de su juego, y que lo importante es mantener la confianza. “Es mantenernos fieles a nuestra identidad y las cosas positivas vendrán”, aseguró. “Vamos a llevar un juego a la vez. Los muchachos entienden que cada juego tiene su importancia y estamos listos para lo que se venga ese día”.
Durante las prácticas en el T-Mobile Park, el equipo se vio distendido, tomando roletazos acompañados de música y bromeando. En un momento sonó un reggae, y por un instante, los peloteros parecían volver a ser niños. Disfrutaban simplemente de tener un guante en la mano y jugar al doble play con sus amigos, sin presión, solo por el gusto de estar ahí.
Y es que cuando se disfruta, las cosas suelen fluir. Seattle logró la primera victoria ante los Cleveland Guardians que los encaminó a una eventual barrida. En el primer juego, Dominic Canzone aportó a la ofensiva, mientras que Jorge Polanco, de vuelta como bateador ambidiestro a tiempo completo, brilló a la derecha.
“Gracias a Dios, mejorando, haciendo todo lo que tengo que hacer para mantenerme listo, ya me siento mejor y me va a ver más jugando a la derecha”, comentó el dominicano.
Un día después, Polanco repitió como protagonista, conectando el hit de oro en la baja del noveno, esta vez a la zurda. “Creo que lo que me ha dado resultados es poner el swing mucho más corto”, explicó el infielder.
El cierre de la serie coincidió con el Día del Padre y tuvo un aire especial. Randy Arozarena, Dylan Moore, Jorge Polanco, Luis Castillo y Donovan Solano compartieron un momento con sus hijos durante la ceremonia previa al juego, un detalle que seguramente tendrá un valor especial para quienes pasan gran parte del año lejos de sus familias. J.P. Crawford jugó especialmente inspirado: conectó un Grand Slam con un bate azul que tenía tallado el nombre de su hija.
“Definitivamente es algo de lo que le hablaré por mucho tiempo”, dijo el campocorto tras la victoria 6-0 que selló la barrida.
Boston aprieta con juventud y picheo
Luego del envión emocional ante Cleveland, los Mariners recibieron a unos Boston Red Sox con bajas sensibles. A la ya conocida salida de Rafael Devers tras su traspaso, se sumó la lesión de Alex Bregman, su reemplazo natural en la tercera base. Sin embargo, Boston encontró respuestas. El novato Roman Anthony dejó su huella con su primer cuadrangular en las Grandes Ligas, y el bullpen manejó los momentos clave con precisión quirúrgica.
Seattle respondió desde el montículo. Logan Gilbert volvió tras su lesión y ponchó a diez en apenas cinco innings, demostrando que su brazo está de vuelta. Bryan Woo firmó una salida brillante de un solo hit, y Luis Castillo completó seis entradas sólidas. George Kirby, por su parte, lanzó 101 picheos, su mayor carga en semanas, una señal clara de que su brazo está recuperando su forma.
La ofensiva, en cambio, no logró capitalizar. En uno de los juegos, Seattle llenó las bases sin outs, pero J.P. Crawford, Julio Rodríguez y Cal Raleigh fueron retirados en fila, dejando escapar una oportunidad clara de romper el juego y quizás inclinar la serie a su favor. En el cierre, Alex Cora manejó su bullpen con buen pulso, luego de llevar al zurdo Garrett Crochet hasta el sexto inning, trajo a Aroldis Chapman en el octavo para enfrentar a Moore, Rodríguez y Raleigh, terminando con las aspiraciones locales de llevarse la serie. Seattle cayó 2-1 y cedió terreno en la tabla de comodines.
Para Boston, como organización, es una oportunidad clave para demostrar que la decisión de mover a Devers no fue improvisada, y que su salida, lejos de desarmarlos, los mantiene como candidatos al campeonato.
El peso de Cal y la presencia de Julio
Julio Rodríguez continúa embasándose y usando todo el campo, aunque sin el poder que lo caracteriza. Dan Wilson lo respaldó: “La defensa algunas veces pasa desapercibida, y lo que él ha logrado es muy bueno. El poder vendrá”.
En contraste, Cal Raleigh está teniendo una temporada histórica. No solo es el líder en cuadrangulares del equipo: con 27 jonrones, también lidera toda la MLB. Viene de una jornada con seis impulsadas, incluyendo un Grand Slam, y hasta se robó una base. Produce, guía a la rotación y domina detrás del plato. Con su participación en el All-Star prácticamente asegurada, el receptor ya no solo se perfila como el jugador más valioso del equipo, sino como un candidato sólido al MVP de la temporada, con el permiso de Aaron Judge.
El río del Wild Card
Con marca de 4-2 en casa, los Mariners se mantienen en la pelea. Siete equipos están separados por apenas dos juegos en la lucha por el último cupo de comodín. El regreso de Gilbert, el nivel de Woo, la fortaleza de Kirby y la consistencia de Castillo refuerzan la idea de que la rotación es el corazón del equipo. “Es volver a lo nuestro y atacar la zona de strike”, resumió Dan Wilson.
La pronta reincorporación de Jake Raley aportaría un bate zurdo de poder al lineup. Además, se espera el regreso de otro brazo sólido como el de Bryce Miller, por lo que no parece haber un hueco urgente que tapar. Sin embargo, luego de estos baches por lesión, quizás no se descarta que el equipo sume un relevista experimentado que prepare la mesa para Andrés Muñoz, o un bateador derecho de poder.
Seattle continúa su camino enfrentando a los Chicago Cubs, líderes de la Central en la Liga Nacional; y a dos rivales directos como Minnesota Twins y Texas Rangers, antes de volver al T-Mobile Park para recibir a los Kansas City Royals. El río del Wild Card está revuelto, y los Mariners estarán remando con fuerza.
Entrevista con Jorge Polanco
Entrevista con Andrés Muñoz
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