Dionel Vecchini
22-Mar-2025
SEATTLE, WA. – Los Seattle Sounders no pudieron pasar del empate sin goles ante el Houston Dynamo, extendiendo su sequía ofensiva a 196 minutos, en una noche cargada de nostalgia con el regreso de Nicolás Lodeiro al Lumen Field.
‘Nico’ fue homenajeado por el club justo antes del inicio del encuentro, en una ceremonia que lo mostró junto a los siete trofeos que ayudó a conquistar para la ciudad. Lodeiro fue clave en la obtención de 2 MLS Cups, 4 campeonatos del Oeste y, como líder, figura y baluarte, en la histórica conquista de la CONCACAF Champions League en 2022, posiblemente el trofeo más importante no solo para Seattle, sino para la MLS como organización. Ese título, además, colocó al club en el mapa global y le valió un lugar en el próximo Mundial de Clubes.
“Seattle es parte de mi vida, de mi corazón, de mi familia”, dijo un emocionado Lodeiro tras el homenaje. “Tengo dos hijas que nacieron acá. Fue mucho tiempo, mucho cariño… la gente es espectacular y la ciudad me encanta.”
En sus ocho temporadas con el club, Lodeiro acumuló también reconocimientos individuales: MLS Newcomer of the Year en 2016, dos apariciones en el Best XI de la CONCACAF, MLS All-Star en 2019, MLS Best XI en 2020, líder de asistencias en la liga ese mismo año y líder de todos los tiempos en asistencias para el Sounders con 95. Todo esto mientras defendía también los colores de la selección uruguaya entre 2016 y 2019.
“Siento que cumplí con el fútbol y con la vida”, remató el excapitán, que dejó claro que su vínculo con Seattle no termina con su salida.
Luego de algunas lágrimas de los presentes y del propio homenajeado, llegó el momento de Lodeiro jugador. Ahora vestido de naranja, ‘Nico’ no tardó en hacerse sentir. Apenas al minuto 2’, protagonizó un encontronazo con Paul Rothrock, enviándolo al suelo con falta, y repitió la dosis al 5’. Rothrock, entre resignación y complicidad, no tuvo más remedio que sonreír.
Al 28’, tras una recuperación en mitad de campo, Lodeiro se escapó y, al borde del área, buscó una falta dejándose caer ante el contacto del defensor, en una jugada que vimos hacer decenas de veces con la camiseta verde y azul para conseguir tiros libres peligrosos. Esta vez, el árbitro no compró.
En el segundo tiempo se animó con una media chilena desde el borde del área, pero su remate se fue desviado. Finalmente fue sustituido al minuto 67’, recibiendo los aplausos de algunos fanáticos locales que no olvidan su legado.
Todo esto ocurría mientras, en el terreno de juego, el Sounders no conseguía abrir el marcador. Brian Schmetzer, ante las ausencias, ha tenido que apostar por un 3-4-3, con Paul Rothrock en labores de sacrificio defensivo. Rothrock ha rendido en ese rol; sin embargo, su aporte ofensivo se ve limitado, y ese frente es, precisamente, donde más sufre el equipo.
Con las dolorosas ausencias de Paul Arriola, Pedro de la Vega y Jordan Morris, el equipo ha tenido que apostar por Jesús Ferreira como referencia en ataque. El propio cuerpo técnico ha señalado que el delantero aún necesita tiempo para adaptarse a esta función.
Ferreira, por perfil y costumbre, tiende a retroceder en busca del balón y de sociedades, alejándose del área. Es evidente que busca ser parte activa en la gestación, pero esa inclinación natural también lo aleja del rol de finalizador que el equipo necesita con urgencia. Quizás con más minutos logre encontrar el equilibrio o le aclare el panorama al cuerpo técnico sobre el posicionamiento táctico.
El técnico fue claro sobre el proceso de adaptación: “Él necesita estar un poquito más envuelto y nosotros tenemos que darle crédito porque apenas lleva juego y medio en esa posición. Los jugadores que están alrededor de él se deben ajustar.”
Ante la necesidad del gol, Schmetzer hizo ingresar a Georgi Minoungou. El explosivo extremo tuvo un buen partido, forzando a los defensas del Dynamo a colocarle doble y hasta triple marca, e incluso recurriendo a faltas tácticas para frenarlo. Fue, sin duda, una de las mejores versiones de Georgi hasta ahora. Se mostró creativo, desequilibrante, atrayendo la marca y con más pausa para retroceder el balón cuando no encontraba espacio. Si logra pulir el momento ideal para soltar el balón ante la presión múltiple, puede convertirse en un arma muy valiosa para el equipo.
“Georgi está siendo notado por la liga, cada vez que tiene el balón hay tres tipos sobre él… debemos asegurarnos de meter tres tipos en el área cuando él o Paul [Rothrock] despuntan”, expresó Schmetzer.
Con Georgi desbordando, Schmetzer buscó un rematador de área con el ingreso de Danny Musovski como delantero centro, moviendo a Ferreira a la banda izquierda. Aunque Musovski no tuvo peso en el juego —no le llegó ningún balón—, su sola presencia ayudó al equipo a generar más peligro. Rothrock y Albert Rusnák lo intentaron con disparos por encima del travesaño, y Ferreira, ahora más suelto, finalmente tuvo una al 90’ con un remate que, tras desvío de Femi Awodesu, por poco se cuela en el arco rival.
“Lo hicimos bien, pero tenemos que anotar”, reconoció Brian Schmetzer al término del encuentro. “Necesitamos más oportunidades reales, golpear el balón con intención y concretar las oportunidades.”
El 0-0 deja al Sounders en la duodécima posición del Oeste. Aunque la temporada sigue siendo joven, Brian Schmetzer ya reconoce que es momento de empezar a sumar. “Tenemos que seguir empujando, recuperar puntos antes de que sea demasiado tarde”, sentenció Schmetzer
Es comprensible que el cuerpo técnico haya tenido que modificar su esquema debido a las lesiones; sin embargo, esto puede ser el momento ideal para que la directiva evalúe reforzar posiciones para mitigar las ausencias. “Traje a los dos delanteros que tengo disponibles, no creo que haya tenido muchas opciones”. Dijo Brian Schmetzer
Con el Mundial de Clubes y la Leagues Cup a la vuelta de la esquina, Seattle necesita levantar cabeza. En una noche donde se rindió homenaje a varias figuras históricas del club, hace falta que resurja ese espíritu que hoy se reconoció, el que convirtió al Sounders en un equipo campeón, ese impulso colectivo que decía ‘sí se puede’, donde el empuje convertía empates en victorias. El vestuario debe encontrar ese ‘algo’ que despierte la senda victoriosa. El mismo que alguna vez hizo temblar al Oeste y que puso a Seattle en el mapa mundial.
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